Cultivo
La palma de aceite es un cultivo perenne y de tardío y largo rendimiento, ya que su vida productiva puede durar más de 50 años, aunque a partir de los 25-30 años se dificulta su cosecha por la altura del tallo, llega a alcanzar los 20 metros.
Comienza a producir frutos a partir de los dos años y medio tras su siembra, y se suelen utilizar palmas de vivero de 12 meses de edad que alcanzan su mayor producción entre los 20 y 30 años, luego de lo cual declinan y dejan de ser rentables, especialmente por la altura a la que se encuentran los frutos. No es la única especie que se maneja dentro del cultivo de la palma de aceite, aunque inicialmente y por muchos años sólo se habló de la palma africana de aceite, actualmente involucra a otras especies de palmas y cruces entre ellas, dentro del cultivo.
El pericarpio está conformado por el epicarpo y mesocarpo juntos, de donde se extrae la mayor proporción de aceite. El fruto maduro es de color rojo amarillento, con un peso de 10 g y forma ovalada de 3 a 5 cm de largo; una palma puede producir de 12 a 13 racimos/año, con peso promedio de 20 a 30 kg, de 1.000 a 3.000 frutos por racimo y un rendimiento industrial que varía entre el 20 y 25% del peso en kg de aceite por racimo.
La demanda por aceite de palma se ha incrementado recientemente debido a su uso como biofuel, pero tal incremento produce tanto impactos ambientales por el cultivo como causar una disputa alimento vs. fuel forzando a algunos países desarrollados a reconsiderar sus políticas sobre biofuel para perfeccionar los estándares y asegurar sustentabilidad.
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